Daniel Formigo - abril 2014
El medio se utiliza principalmente para facilitar la aplicación de la pintura al soporte y para adelgazarla manteniendo un equilibrio controlado de las capas de pintura. Algunos medios se utilizan para acelerar el secado de la pintura. El uso directo de un disolvente como el aguarrás o el alcohol de petróleo no es recomendable porque debilita el poder aglutinante del aceite y esto provoca el agrietamiento de la pintura.
Medio de trementina
Seguramente es el medio más utilizado. Generalmente en la proporción 60% aceite de linaza refinado y 40% trementina rectificada. Se debe aumentar el porcentaje de aceite en la mezcla según se avance en la pintura, para evitar que las capas inferiores absorban el aceite de las superiores dejándolas tan secas que se agrieten por falta de aceite. Una desventaja (o ventaja según como se mire) de este medio es que la pintura tarda mucho en secarse.
Medio de Damar
Un barniz disolvente que no se ensombrece ni amarillea con el tiempo. Se hace con una parte de resina de Damar pulverizada y 4 partes de trementina. Hay que envolver la resina en muselina y atarla con algodón, suspendiéndola en un recipiente lleno de trementina. La resina se disolverá gradualmente en la trementina, en 2 ó 3 días. Para acelerar el proceso puede agitarse suavemente de vez en cuando la bolsa de muselina. Así se eliminan las impurezas.
Medio aceite de soporte
Un medio resinoso que se seca con un brillo casi vítreo. Se hace mezclando una parte de aceite de soporte con 3 de trementina de Venecia y agitando.
Medio de cera
La trementina mezclada con cera de abejas se seca lentamente con un acabado mate. Se echa una parte de cera blanca poco a poco, en trozos pequeños, en 3 partes de trementina, previamente calentada. Se agita la mezcla hasta que se disuelva toda la mezcla. Cuando el medio se ha enfriado se vierte en una jarra de cuello ancho.
Medio de cera y aceite
Es un medio espeso y resinoso que puede emplearse con pintura espesa o diluída. Se necesitan 10 partes de aceite de linaza crudo, 2 de cera de abejas y 1/16 de litargirio. Este último es venenoso y conviene mezclarlo antes con un poco de aceite. El resto del aceite se echa en un recipiente metálico grande y se calienta al aire libre o bajo una campana de humo. Una vez caliente, se añaden el litargirio y la cera en trozos pequeños. Se calienta entonces a 250 grados, agitando frecuentemente hasta que la mezcla se vuelva negra y desprenda un humo pardo. Se deja enfriar un poco y se vierte en recipientes. Esperar hasta que el líquido se haya asentado antes de taparlo.